miércoles, 24 de septiembre de 2014

Cómo Rezar el Santo Rosario

El Santo Rosario

El Rosario comenzó a utilizarse en el catolicismo alrededor del año 800. En los monasterios se suelen recitar los Salmos en la Liturgia de las Horas. Pero en aquél tiempo, los fieles que no eran sacerdotes ni monjes, no podían seguir esta devoción, ya que la mayoría no sabía leer. Se les enseñó, entonces, una práctica más sencilla: la de recitar 150 avemarías. Esta devoción tomó el nombre de "El Salterio de la Virgen".

Su popularidad y desarrollo se dio en el S. XIII, cuando surgió el movimiento albigense (un movimiento hereje). Ante los enfrentamientos entre la Iglesia y los albigenses, Santo Domingo de Guzmán, fundador de la orden de los Predicadores (más conocidos como dominicos), parece haber promovido en sus misiones el rezo de una forma primitiva de Rosario. Al ser los dominicos una orden de predicadores y estar siempre en medio del pueblo, la devoción enseñada por ellos se hizo popular, generando la aparición de cofradías y grupos de devotos por doquier, junto con relatos de milagros que acrecentaron su fama. 

En Fátima (Portugal), en 1917, los niños a quienes se le apareció la Virgen María, señalaron que la Virgen reveló que cada vez que se reza un Ave María es como si se le ofreciera una rosa, de tal suerte que cada Rosario completo sería una corona o colección de rosas (concepto que había sido mencionado tiempo atrás por San Lui María Grignion de Montfort en su obra Secreto Admirable del Santo Rosario).

El 16 de octubre de 2002, el Papa Juan Pablo II promulgó la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae, en la que aprobó la incorporación de cinco nuevos misterios al Rosario, llamados Misterios Luminosos, que, vinculados al jueves en el ciclo semanal, degranan la vida pública de Jesús. 

Modo de Rezar el Santo Rosario



Señal de la Cruz

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Credo de los Apóstoles

Creo en Dios, Padre Todopoderoso. Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen. Padeció bajo el poder de Poncio Pilato. Fue crucificado, muerto y sepultado. Descendió a los infiernos. Al tercer día resucitó de entre los muertos. Subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo; la Santa Iglesia Católica; la Comunión de los Santos; el perdón de los pecados; la resurrección de la carne; y la vida eterna. Amén. 

Acto de Contrición

Jesús, mi Señor y redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar y confío en que, por tu infinita misericordia, me has de conceder el perdón de mis culpas, y me has de llevar a la vida eterna. Amén. 

Padre Nuestro

Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre. Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén. 

Ave María

Dios te salve, María. Llena eres de gracia. El Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.



Al final de cada decena, se pueden rezar las siguientes oraciones:


Oración de Fátima (la Virgen María recomendó a los tres pastorcitos, rezar esta oración después de cada Misterio).

¡Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu infinita misericordia. Amén.

Jaculatorias:

V: María, Madre de gracia, Madre de misericordia.
R: En la vida y en la muerte ampáranos, Gran Señora.
V: Alabanzas y gracias sean dadas en todo momento al Santísimo y Divinísimo Sacramento del Altar.
R: Y bendita sea por siempre la Santa e Inmaculada Concepción de la Bienaventurada, siempre Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra.

Al rezar el Rosario por un difunto se dice: 

Señor, dale el descanso eterno, brille para él la luz perpetua. Descanse en paz. Amén.

Los Misterios del Santo Rosario



Misterios Gozosos (lunes y sábados)

1. La anunciación del ángel a la Virgen María.
2. La visita de la Virgen María a su prima, Santa Isabel.
3. El Nacimiento del Hijo de Dios en el portal de Belén. 
4. La Presentación de Niño Jesús en el Templo.
5. El Niño Jesús perdido y hallado en el Templo.

Misterios Luminosos (jueves)

1. El Bautismo de Jesús en el Jordán.
2. La Autorrevelación de Jesús en las Bodas de Caná.
3. El anuncio del Reino de Dios invitando a la Conversión.
4. La Transfiguración de Jesús en el Monte Tabor.
5. La Institución de la Eucaristía. 

Misterios Dolorosos (martes y viernes)

1. La oración de Jesús en el Huerto Getsemaní.
2. La Flagelación del Señor.
3. Jesús es coronado de espinas.
4. Jesús con la Cruz a cuestas va por el camino del calvario.
5. Crucifixión y muerte de Nuestro Señor.

Misterios Gloriosos (miércoles y domingos)

1. La Resurrección de Jesús.
2. La Ascensión del Señor a los Cielos.
3. La venida del Espíritu Santo sobre la Virgen María y los Apóstoles.
4. La Asunción de María en cuerpo y alma a los Cielos.
5. María es Coronada Reina del Cielo y la Tierra.

Al terminar las cinco decenas se reza:

V: Virgen purísima y castísima antes del parto, haznos manos, humildes y castos.
R: En pensamientos, palabras y obras.
Ave María. (Dios te salve, María, Hija de Dios Padre, llena eres de gracia...).

V: Virgen purísima y castísima en el parto, haznos manos, humildes y castos.
R: En pensamientos, palabras y obras.
Ave María. (Dios te salve, María, Madre de Dios Hijo, llena eres de gracia...).

V: Virgen purísima y castísima después del parto, haznos manos, humildes y castos.
R: En pensamientos, palabras y obras.
Ave María. (Dios te salve, María, Esposa de Dios Espíritu Santo, llena eres de gracia...).

Se puede rezar una Salve

Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te Salve. A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea pues, Señora Abogada nuestra. Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. Oh clemente, Oh piadosa, Oh dulce Virgen María. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Luego se rezan las Letanías a la Virgen María.




V: Señor, ten piedad                                    
R: Señor, ten piedad
V: Cristo, ten piedad                                    
R: Cristo, ten piedad
V: Señor, ten piedad                                    
R: Señor, ten piedad
V: Cristo, óyenos                                          
R: Cristo, óyenos
V: Cristo, escúchanos                                  
R: Cristo, escúchanos
V: Dios, Padre Celestial                                
R: Ten piedad de nosotros
V: Dios Hijo, redentor del mundo
R: Ten piedad de nosotros
V: Dios Espíritu Santo                                  
R: Ten piedad de nosotros
V: Santísima Trinidad, un solo Dios              
R: Ten piedad de nosotros

A cada una de estas letanías se contesta: Ruega por nosotros.

Santa María                                                    
Santa Madre de Dios                                      
Santa Virgen de las Vírgenes                           
Madre de Cristo                                             
Madre de la Iglesia                                         
Madre de la Divina Gracia                             
Madre purísima                                          
Madre castísima                                         
Madre siempre Virgen                                  
Madre inmaculada                                          
Madre amable                                              
Madre admirable                                            
Madre del buen consejo                               
Madre del Creador                                        
Madre del Salvador                                       
Virgen prudentísima                                    
Virgen digna de veneración                            
Virgen digna de alabanzas                            
Virgen poderosa                                            
Virgen clemente                                             
Virgen fiel                                                      
Espejo de justicia                                           
Trono de sabiduría                                         
Causa de nuestra alegría                               
Vaso espiritual
Vaso de honor
Vaso insigne de devoción
Rosa mística
Torre de David
Torre de marfil
Casa de oro
Arca de la alianza
Puerta del Cielo
Estrella de la mañana
Salud de los enfermos
Refugio de los pecadores
Consuelo de los afligidos
Auxilio de los cristianos
Reina de los Ángeles
Reina de los Patriarcas
Reina de los Profetas
Reina de los Apóstoles
Reina de los Mártires
Reina de los confesores
Reina de las Vírgenes
Reina de todos los Santos
Reina concebida sin pecado original
Reina llevada al cielo
Reina del Santísimo Rosario
Reina de las familias
Reina de la paz


V: Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo.
R: Perdónanos, Señor.
V: Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo
R: Escúchanos, Señor.
V: Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo
R: Ten misericordia de nosotros.

Bajo tu Protección

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios: no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, ¡Oh Virgen gloriosa y bendita!

Bendita Sea Tu Pureza

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza. A ti celestial princesa, Oh Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día, alma, vida y corazón. Mirame con compasión, no me dejes Madre mía y danos tu santa bendición, que la recibo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

V: Ruega por nosotros Santa Madre de Dios
R: Para que seamos dignos de alcanzar y gozar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.










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